Agustín Vernice y un sueño que inició “a escondidas de mi mamá”
El representante olavarriense de la delegación argentina en los Juegos Olímpicos brindó una interesantísima entrevista a un medio nacional donde contó sus inicios, las expectativas para la competencia venidera y lo que significó la pandemia en su entrenamiento diario.
La nota completa del deportista del Club Estudiantes con Infobae:
“Un día con un sueño olímpico argentino: Agustín Vernice, de usar el dinero de las meriendas que le daba su mamá para alquilar un kayak a vivir del canotaje
El palista será una de las joyas de la delegación argentina en las pruebas individuales de Tokio 2020. Viene de ser campeón mundial sub23 y medalla de oro panamericana en su disciplina, pero la postergación de los Juegos Olímpicos por la pandemia lo obligó a un desafío que nunca había atravesado.
Pasaron 13 años del verano que marcó para siempre la vida de Agustín Vernice. En un club de su Olavarría natal, aquel adolescente conoció un deporte que lo enamoró. Tanto lo sedujo que tomó una decisión que desafío de manera directa a un integrante de su familia. “Alquilaba un kayak en los veranos y disfrutaba de la tarde en el arroyo a escondidas de mi mamá porque ella no sabía. Cuando le había comentado de empezar canotaje no le había gustado nada, le daba un poco de miedo. Por ahí cuando no se conoce el deporte, un deporte de agua, pensó que podía caer al agua y que fuera peligroso. Entonces, con el dinero de las meriendas que me daba para pasar las tarde de verano en el club me alquilaba un kayak”.
Así, ocultando la pasión por el canotaje a su mamá, fue que Vernice dio sus primeros pasos en una disciplina que hoy se transformó en casi todo para él. Agustín vive por y para su deporte. Es su trabajo. Es lo que le da de comer. Y como en las carreras de liebres, es la zanahoria que persigue con el objetivo de estampar su apellido en la historia grande del olimpismo en la Argentina.
Hoy, cuando faltan menos de 40 días para desfilar por primera vez en una ceremonia de apertura en el estadio Olímpico en Tokio, este palista que se consagró campeón del mundo sub 23 en 2017 en Rumania, y que hace dos años se colgó el oro panamericano en Lima 2019, sueña despierto. “Espero dar el máximo, competir como nunca lo hice”, le dice a Infobae en compañía de su entrenador Diego Canepa y varios de sus compañeros de la selección.
– ¿Cómo estás viviendo el hecho de que falta tan poco tiempo para tu debut en los Juegos Olímpicos?
La verdad, lo estoy viviendo con una alegría inmensa. Con un poco de ansiedad después de este año raro que estamos viviendo todos, pero disfrutando del día a día. Y con ganas de que llegue el momento. Estoy muy contento de tener la oportunidad de entrenarme para cumplir mi sueño de poder representar a mi país en un Juego Olímpico, así que trato de aprovechar mi día al 100 por ciento.
– ¿Qué significó tener que reemplazar toda la planificación un año por la pandemia?
Que se retrase todo un año, en principio no fue fácil. Lo tomé como un desafío y traté de sacar lo mejor. Ahora sigo igual, pese a las dificultades, trato de hacer las cosas lo mejor posible. Además de ser una competencia contra uno mismo, y de poner lo mejor cada día, entiendo que todos los deportistas de todo el mundo tenemos complicaciones y creo que el que mejor se adapte va a sacar provecho. Así que trato de trabajar lo mejor posible, enfocado en lo que tengo que hacer y, bueno, en el momento que tenga que competir, hacerlo de la mejor manera.
– ¿Cuánto te afectó en lo personal la postergación?
No sé cuánto me afectó, pero hubo momentos en que fue difícil. Pero por otro lado aprendí un montón. Estas situaciones te ponen en un lugar de incomodidad y uno aprende de eso también, así que eso genera ansiedad de ir a competir y ver cómo estamos. Pasó un año y medio de la última competencia, y en ese tiempo creo que crecí un montón. Tengo la ilusión de que eso me pueda ayudar en el futuro y para estos Juegos Olímpicos.
-¿Cómo empezó tu relación con el canotaje?
Empecé a los 12 años en el club Estudiantes de Olavarría. Empezó como un juego: alquilaba un kayak en los veranos y disfrutaba de la tarde en el arroyo a escondidas de mi mamá porque ella no sabía. Cuando le había comentado de empezar canotaje no le había gustado nada, le daba un poco de miedo. Por ahí cuando no se conoce el deporte, un deporte de agua, pensó que podía caer al agua y que fuera peligroso. Entonces, con el dinero de las meriendas que me daba para pasar las tarde de verano en el club me alquilaba un kayak y bueno, así fue todo el verano del 2008. Después lo blanqueé, y bueno, el profe que tenía en ese momento le explicó a mi mamá cómo era el deporte, se interiorizó más y hasta se copó. Me empezó a acompañar a las competencias hasta el día de hoy que sigue siendo de la misma manera. Y bueno, empecé a competir, me motivó competir, me di cuenta de que me encantaba la competencia. Y la esencia sigue siendo la misma que hoy: lo sigo haciendo porque es lo que amo hacer, porque disfruto de la presión de competir, de las personas que me rodean en el deporte, así que estoy muy agradecido.
– Fuiste campeón del mundo sub 23, medallista de oro panamericano, es como que el destino te impone que puedas llegar, en alguna ocasión, a ser medallista olímpico. ¿Cómo te preparás para lograrlo con toda la experiencia previa?
A veces uno se sorprende, a pesar de que uno trabaja para alcanzar el máximo nivel y el mejor resultado posible. Y eso me sirve para motivarme pensando en que el deporte me puede volver a sorprender, darme gratos momentos; eso me motiva en los días más difíciles. Cuando por ahí no tengo ganas pienso que el esfuerzo valió la pena, que hay que seguir por el mismo camino y seguir disfrutando de lo que el deporte me dio.
– ¿Te imaginabas después de empezar esto como un juego estar viviendo hoy del deporte y para tu deporte?
La verdad es que es difícil de responder si me imaginaba estar acá. Porque en realidad no tenía ni idea de esta vida que estoy llevando ahora, pero sí soñaba con hacer algo diferente. Ya a los 14, 15 años nunca se me cruzaba otra cosa por la cabeza que hacer esto, que no sea este deporte. Entonces le puse todo de mí para sacar mi mejor versión, pero a los 14 o 15 años era realista de que por ahí, conseguir cierto resultado como adulto, es muy incierto. Y creo que eso me ayudó también a no darme la cabeza contra la pared, porque fui día a día, escalón por escalón, y como te digo, permitiéndome que el deporte me sorprendiera. Y eso lo hace un poco más divertido.
En los últimos años, la figura de Vernice ascendió dentro de la familia olímpica argentina. Después de su consagración como sub 23, brilló en los Juegos Panamericanos con la dorada en el K1 1000 metros, la especialidad en la que competirá en Tokio 2020 en el Canal Sea Forest, una de las nuevas sedes de competencia construidas en la capital de Japón.
Unos meses después de ganar dos oros en Lima -el otro llegó junto a Manuel Lascano en el K2 1000-, Vernice se ganó el derecho de ser olímpico al terminar noveno en su categoría en el Mundial de canotaje de Szeged, Hungría. Luego de eso apareció el coronavirus, y, como ocurrió con el resto del mundo deportivo, todo se paralizó para el palista de Olavarría, que se quedó un buen tiempo en su tierra para recargar energías hasta que llegó la hora de volver a entrenarse.
En el interín, el atleta argentino tuvo que esperar que la federación internacional confirmara su plaza en la redistribución de lugares para los Juegos Olímpicos. La espera fue dura, pero él siempre confió y marcó en el calendario que el 2021 sería su año de estreno en el evento multidisciplinario más grande del planeta.
– ¿Qué esperas de tus primeros Juegos Olímpicos?
Espero dar el máximo, competir como nunca lo hice. Física y mentalmente estar mejor que nunca y que eso me dé un resultado que jamás imaginé. O que sí ahora sueño, pero que de chico me hubiese parecido imposible. Soy realista de dónde estoy y qué puedo dar, pero también es cierto que todas las personas que están en un Juego Olímpico trabajan muy duro para llegar a lo más alto. Trato de lidiar todos los días con mis dificultades y potenciar mis virtudes para que, en el momento en que tenga que competir, hacerlo como nunca lo pude hacer. No quiero desaprovechar la oportunidad de estar en los Juegos Olímpicos. No te puedo decir con certeza en cuántos Juegos voy a competir, así que sé que este lo tengo que aprovechar.
– ¿Qué significaría en tu vida una medalla olímpica?
Una medalla olímpica es más de lo que cualquier persona puede imaginar. Lo sueño desde hace mucho tiempo.
– ¿Cuál es el significado de ser atleta olímpico en Argentina?
Ser atleta olímpico es un orgullo tremendo. No encuentro otra palabra. La verdad es que estoy muy contento con la vida que llevo y representar a mi país en unos Juegos Olímpicos es algo soñado por un montón de personas y tener la oportunidad de estar donde estoy cumpliendo este sueño… no hay palabras más que orgullo.
De Olavarría para el mundo. A la espera de su primera participación en los Juegos Olímpicos, el especialista del canotaje argentino le contó a Infobae cuáles son los pasos básicos para practicar su deporte. La importancia física y la similitud con otros dos deportes muy populares.
“Es importante agarrar la pala igual de los dos lados, y que esté a 90 grados el brazo. Si remamos del lado izquierdo, el bote va a tener a ir hacia el lado derecho, y bueno, si remamos del lado derecho va a ir hacia el lado izquierdo. Entonces es importante hacer la fuerza pareja de ambos lados”, dijo Vernice.
“Hay que usar los músculos más grandes del cuerpo, y más resistentes, que son los dorsales, los abdominales, toda la zona media, y aunque parezca que se rema con los brazos, la idea es tratar de usar todo el cuerpo para remar. Y el movimiento es de rotación, ya que cuanto más rotamos más fuerza podemos hacer. Sería parecido a un lanzamiento, o lo que hace un tenista o golfista, que usa muchos músculos para hacer la fuerza y no solamente los brazos”, concluyó.
Fuente: Juan José Ciceri para Infobae