Opinión: El “Bataraz” nos malacostumbró, pero en esta temporada cumplió
Atípica temporada de La Liga Argentina acaba de finalizar para Estudiantes y a pesar del sabor amargo que deja, por primera vez en muchos años no clasificar a los Play-Off, no hay que dejar de lado la situación en las cuales se presentó y cómo fue su camino en el segundo escalón del básquet nacional.
Por Anahí Lemma
Estudiantes acaba de finalizar su 7° temporada consecutiva en la segunda categoría del básquet nacional y a pesar de cómo cada año nos ilusionamos con un equipo protagonista, “desde el vamos” quedó claro que no iba a ser así, poco presupuesto, cuerpo técnico local y un plantel bastante extraño en su conformación fueron agregados para la temporada que poco tuvo de común.
Pero vamos a charlar un poco más sobre el inicio que guste o no fue el determinante para que el “aurinegro” no clasifique entre los 8 mejores equipos de la Conferencia Sur.
Si bien fue uno de los primeros equipos en confirmar presencia ante la Asociación de Clubes, la Subcomisión de Básquet que comandó al equipo durante años se alejó y también hubo alejamientos en la Comisión Directiva ¿Por qué? Nadie sabe… o sí, pero mejor no ahondar en detalles.
Con un nuevo equipo de trabajo llegó la hora más importante, definir el cuerpo técnico y el plantel, plantel que contaba con jugadores ya “confirmados” aunque no hubiera DT y allí las primeras complicaciones. Se habló de presentar un equipo de jugadores locales o de la zona que sean comandados por Jeremías Sandrini, pero el equipo distó mucho de esa primera idea y poco a poco fueron llegando.
Y que quede claro que lejos de ser algo en contra de cada uno de ellos que me han recibido muy bien cada vez que me tocó entrevistarlos, pero ¿un equipo con un solo pivot “original” no parece un poco extraño en el básquet moderno donde uno de los puntos más importante son los jugadores grandes que saquen ventajas cerca del aro?
Pero bueno, se armó el plantel, se confirmó el debut con Marcelo Macías como entrenador en jefe y comenzó la competencia en un formato irreconocible para todos: jugar dos partidos en días consecutivos y sumar 4 en cinco días significó un desgaste mucho mayor para todos y si bien el “bata” tuvo una buena actuación en esa primera burbuja en Carmen de Patagones y Viedma no pudo, en ninguna otra sede volver a ser parejo.
Y no lo logró porque recién en las últimas dos burbujas contó con el equipo completo, cambió de jugadores en el camino, le hizo frente a lesiones y también la citación de su jugador extranjero a la Selección de Ecuador, en lo que fue uno de los puntos altos de este año.
Además, debió hacerle frente al brote de Covid19, afrontar 55 días sin competencias y también el confinamiento decretado por el Gobierno Nacional que quieran o no modificó la planificación del Cuerpo Técnico. Tampoco es poca cosa que a principios de abril se iba a jugar en el Maxigimnasio del Parque Guerrero y los casos de coronavirus en sus jugadores mayores obligaron a la suspensión y ausencia en una de las burbujas, pero también pasó y el “albinegro” volvió a salir a la cancha.
Fue local, se sacó las ganas y allí mostró su mejor rendimiento ilusionando a propios y extraños con la clasificación a la postemporada. Ganó 4 partidos en el “Maxi” y uno en Junín para sumar cinco consecutivos, pero luego llegaron 6 caídas seguidas y finalizó el sueño de seguir en el torneo con un equipo que hizo frente a muchas adversidades.
Sin jugadores de renombre en su plantilla, con Sandrini como estandarte y capitán, con Johu Castillo como revelación acostumbrándose a “pelear” entre los grandes y con varios otros de los que se esperó algo más y no lo lograron, este plantel, cuerpo técnico y dirigentes completaron la temporada, la temporada más extraña de todas para el deporte en general y por eso, 26 partidos después Estudiantes finalizó su año cumpliendo y nada más.